29 años de memoria e injusticia.

12/Jul/2023

Visavis- por Mirtha Wolff

Visavis- por Martha Wolff

La calle Pasteur, el 18 de julio próximo, volverá a recibir el recuerdo y el reclamo de miles de personas por el atentado terrorista sin culpables a la vista, pero identificados en ausencia. Hace 29 años, a la hora señalada 9.53, estalló el coche bomba ante lo que fue la antigua sede de AMIA para convertirla en ruinas y muerte.

Ese día se irán dando cita los desconocidos que tienen en común la indignación de 29 años impunes, en esa calle comercial donde a pesar de su bullicio el luto se refleja de varias maneras: en los árboles que llevan el nombre de algunos de los fallecidos, placas  a veces leídas a veces ignoradas que al detenerse es como rezo, al igual cuando  los transeúntes  acarician los de los que murieron  en el atentado escritos en la fachada muralla del  edificio reconstruido de Amia, retirado de la línea de construcción por seguridad. Esa calle en la que hay murales sobre el edificio lindante del destruido y también llegando a la calle Córdoba sobre los laterales del Hospital de Clínicas que a través del arte hablan del ataque. Esa calle que lleva el nombre de Luis Pasteur, vaya paradoja, quien logró la vacuna contra la rabia y no  pudo proteger metafóricamente ni prevenir el veneno del odio del extremismo musulmán.

En esta calle acudirán tanto familiares que ostentarán las fotos de sus seres queridos asesinados, ciudadanos que no olvidan y acompañan el dolor ajeno, autoridades representativas del estado y demás organismos y  todo alma que sienta  la necesidad  de decir aquí estoy. Y estarán invisibles pero presentes los que partieron ahogados por el derrumbe y los detonantes asfixiantes. Estarán agradeciendo no olvidarlos, viendo a sus familiares llorando, a jóvenes educados a seguir el camino de lucha para juzgar a los perpetradores del estallido inolvidable que invadió  con su estruendo la vida ciudadana, esos que iban a sus lugares de trabajo, esos que creyeron en un país que los cuidaba.

Lo importante que sucedió  y pasa desde hace 29 años es el ejercicio de la memoria y más aún, ahora que se ha decretado recientemente en la Cámara de Diputados  que ese día será de Duelo Nacional, que las banderas estarán a media asta, que esa fecha será complementada con una educación para modelar futuros dirigentes defensores de los  Derechos  Humanos para todos, enseñando el derecho a la libertad como valor supremo  junto a la religiosa y comunitaria de los que componen este país de inmigrantes que también hicieron este país .

Se escucharán discursos, cantantes con creaciones alusivas, habrá vecinos que se asomarán a compartir y otros cerrarán sus ventanas, habrá bronca por la congestión de tráfico, cerrarán negocios por miedo o por adhesión y mucho más, pero en la calle Pasteur habrá  lágrimas y silencio mientras por los parlantes resonará desde el pavimento al cielo la palabra con mayúscula ¡JUSTICIA ANTE TANTA INJUSTICIA! Y entre la multitud no faltará el que aportará con su grito que es hora que desentrañen la maraña  que envuelve esas muertes al servicio de conveniencias políticas en las que la vida no tiene valor al igual que sucedió en el atentado a la Embajada de Israel dos años antes.

¿Llegará el día en el que el 18  de Julio no hará falta esta manifestación de la rabia que Luis Pasteur  no imaginó y no pudo crear una vacuna para curar el odio?

¡AMEN!